Capítulo 276
Al sentir su roce, Ana reaccionó como si algo la hubiera quemado y no pudo evitar estremecerse. Tuvo que contener a la fuerza el profundo asco y el miedo que sentía para no apartar su mano de un manotazo.
Estaba rígida, con la mirada baja, negándose a hacer contacto visual con Luis.
Luis entrecerró los ojos y le sujetó la barbilla con dureza, obligándola a mirarlo.
—Ana, esperaré a que me des una respuesta que me deje satisfecho.—Dijo con una sonrisa agradable, la mirada llena de invasión y una determinación total que no admitía réplica.
Retiró la mano, se puso de pie y se dirigió al vestidor.
Ana lo vio entrar, pero no se relajó ni un ápice; aún seguía temblorosa encogida en un rincón, alerta, con los ojos clavados en la puerta del vestidor.
Luis salió tras cambiarse de ropa y, al alzar la vista, sus miradas se encontraron a la distancia.
Ana se tensó de inmediato.
Al notar su reacción, Luis esbozó una sonrisa de satisfacción, levantó el pie y caminó hacia ella, deteniéndose justo enf

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