Capítulo 27
Leticia se quedó en silencio.
Retrocedió y asintió hacia Ignacio.
Las puertas del ascensor se cerraron. Ella se ajustó el abrigo, probablemente porque el garaje subterráneo era muy grande y el viento soplaba por todos lados, lo que lo hacía extremadamente frío.
Encogió un poco los hombros y caminó hacia la salida.
Al llegar arriba, parecía aún más frío.
Regresó al despacho, donde en una planta había una gran cantidad de libros. Decían que muchos de ellos eran ediciones agotadas, así que pensó en ir a echar un vistazo.
El tiempo siempre pasaba volando cuando se estudiaba.
Sin darse cuenta, el día ya se había oscurecido.
Las luces de la sala se encendieron automáticamente.
Zumbido—
De repente, el teléfono en su bolsillo comenzó a sonar.
Lo sacó y vio que era Ana, por lo que contestó al instante.
—Sal, te invito a cenar.
—¿Tan imponente como eso?
—Sí, ¿no es así como hablan los CEOs dominantes?
Leticia no pudo evitar reírse.
—¿Dónde?
—Calle de la Paz, número treinta y dos.
—Está bien. —Le

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