Capítulo 45 ¿Quién te crees que eres?

En medio de sus burlas había una acusación apenas disimulada. Todo esto era culpa de Deirdre. ¿Cómo podían ser tan crueles? Ella era tan humana como ellos. ¡Ella no era un juguete sin emociones! ¿Por qué debería ella obedecer cada capricho de Brendan? ¿Era porque había sido lo suficientemente desafortunada para volverse el objeto de obsesión de este diablo? ¿Acaso se merecía el castigo por acceder a convertirse en la señora Brighthall? El dolor de Deirdre estaba consumiéndola desde adentro. Ella parecía haber agotado todo su suministro de lágrimas, por lo que en sus ojos solo había un vacío sin fondo que amenazaba con tragarse por completo su conciencia. Fue entonces que ella recordó que Sterling estaba a punto de ser golpeado por una turba violenta. Con sus dedos temblorosos, ella pensó en el hábito de Brendan y tanteó con la mano por el fondo del asiento del conductor. Después de esto, sacó un cuchillo. Ella apuntó la punta afilada a su propio cuello. Los guardaespaldas saltar