Capítulo 125
A Cipriano se le oprimía el pecho.
—No volveré a casarme... Tampoco buscaré a otra mujer...
—Lo que hagas ya no tiene nada que ver conmigo. —Lo interrumpió con altivez Viviana: —A partir de ahora, quedaste libre. Y yo también. Que seamos felices, cada uno por su lado.
—¿Feliz? ¿Feliz con quién?
En la mente de Cipriano apareció de repente el rostro insoportable de David.
Viviana soltó un suspiro leve: —¿No puedo ser feliz sola? ¿Acaso no puedo ser hermosa en mi soledad?
De pronto el corazón de Cipriano se relajó un poco: —¿En serio? ¿De verdad piensas estar sola? ¿No vas a buscar a otro hombre?
La miró con ansiedad, con una esperanza intensa en los ojos, esperando una respuesta que calmara un poco su alma.
Viviana no respondió.
Simplemente le sonrió con serenidad y, con un tono tranquilo, se despidió con cortesía: —Me voy. Hasta luego.
Se dio la vuelta y se fue sin mirar atrás.
Su andar era elegante y resuelto.
Cipriano dio un par de pasos como si quisiera seguirla, pero luego se detuvo

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda