Capítulo 246
David la llevó hacia atrás, haciendo un gesto de silencio.
Viviana: —¿...?
Ella fue llevada de regreso a la sala de estar, sentada en el sofá, y él se acercó a su oído y le susurró: —Podría ser Cipriano.
Viviana: —¿...Ah?
¿Cómo Cipriano venía a buscarlo a medianoche? ¿Tal vez se había aburrido y buscaba con quién charlar?
¡Eso era increíble!
—Creo que...
Antes de que pudiera terminar, David le hizo un pequeño gesto de silencio debido a su expresión seria, y ella, algo resignada, se acercó a su oído y dijo en voz baja: —Definitivamente no es él.
David arqueó una ceja: —¿Apostamos a que sí lo es?
Viviana: —...No apuesto.
Parecía que sus palabras tenían una trampa.
Al ver su cautela, David no pudo evitar con dulzura pellizcarle la mejilla: —¿Cómo es que no tienes espíritu aventurero? Ni siquiera he mencionado la apuesta aún.
Viviana, aún con el corazón tranquilo, le dijo: —No apuesto.
—¿Y si ganas, te diré a dónde fue la abuela de Raquel?
—...!
¿Él lo sabía?
Los ojos de Viviana se agranda

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