Capítulo 297
El aire caliente acariciaba su delicada mejilla.
Era un susurro bajo que solo ella podía escuchar.
Viviana se sonrojo evidentemente.
Desesperada, cerró los ojos... ¿quién le iba a decir por qué alguien que debía estar socializando, charlando y comiendo con clientes, se encontraba justo detrás de ella, hablándole al oído?
¡Y encima de todo él había estado escuchando todo el tiempo su conversación telefónica!
¡Sí, cómo se atrevió a escuchar su llamada telefónica!
—¡No...! —Se giró con ira.— ¡Escuchar las conversaciones ajenas es atrevido y grosero! ¡No tienes ni una pizca de educación ni caballerosidad!
David señaló con el mentón el vaso que se encontraba delante de él.
Él dijo: —Samuel ha ido a hacer el trabajo por mí, así que vine a servirme un vaso de agua. No era mi intención escuchar, es que usted Vivianita estaba tan metida en la conversación.
Viviana abrió la boca, pero la cerró de inmediato.
Estaba inquieta.—...Era hora de trabajo.
—Ahora era el descanso de mediodía.
—...
¡Duran

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