Capítulo 49 El lobo con piel de oveja

Evaristo se puso pálido de ira ante mis palabras. Intentó decir algo más, pero Fabián en ese instante ya se había puesto delante de mí. —Que yo sepa, la señorita Almira estudió diseño de interiores, ¿verdad? —Conozco a un amigo que también estudió diseño, y dice que la señorita Almira llegó a donde está ahora robando de la manera más vil los trabajos de otros, y por eso fue valorada por el Grupo Rodríguez. —Si el presidente Evaristo es inteligente, debería pensar más en esto, para no ser engañado después y ni siquiera darse cuenta de lo sucedido. Al oír esto, no solo Evaristo y Almira se sorprendieron, yo también quedé sorprendida. En mi vida pasada, pensé que Evaristo valoraba demasiado la capacidad de diseño de Almira, nunca imaginé que sus logros de diseño fueran en realidad plagios. Eso sí que es típico de Fabián. Cuando habla, va directo al grano. —No, Evaristo, ¡él está mintiendo! Tú conoces muy bien mi capacidad de diseño, ¿cómo podría haber robado el trabajo de alguien más? Alm