Capítulo 172
Ocho minutos después, las personas de adentro entrarían en contacto con las de afuera.
Ana relajó rápidamente los músculos que había mantenido tensos, obligándose a calmarse.
Solo con una relajación total podría liberar una fuerza más poderosa en la próxima batalla.
No se atrevió a mirar de nuevo hacia el interior de la fábrica abandonada; temía ver a ese hombre lastimando a Javier y perder la calma necesaria para resistir esos ocho minutos.
Cinco minutos.
Tres minutos.
Un minuto.
De pronto, desde adentro, alguien golpeó la puerta de hierro y preguntó: —¿Hay algún movimiento afuera?
Las dos personas que custodiaban la entrada ya habían sido neutralizadas por Ana, así que no hubo respuesta.
Desde adentro, otro hombre, impaciente, gruñó: —¿Dónde están? ¿A dónde se fueron? ¿No estarán holgazaneando otra vez?
En ese momento, Ana escuchó una voz sombría decir. —No te confíes, Jaime. Sal a echar un vistazo.
Mientras hablaba, la puerta de hierro se abrió desde adentro.
Ese era el instante que

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda