Capítulo 39
Ana no se percató del dominio absoluto y decidido que brillaba en los ojos de Javier.
Ella estaba demasiado alterada, con el corazón hecho un verdadero caos.
Corrió hasta donde estaba Javier y, en medio de su confusión, se aferró instintivamente a la manga de su chaqueta.
Él no la apartó.
En ese momento, incluso algunos periodistas habían llegado a la escena.
El heredero de AeroEstrella, de la familia Ruiz, había sufrido un accidente de tráfico; aquello no era precisamente una noticia menor.
Varios también vieron a Ana sujetando el borde de la ropa de Javier.
En un instante, las mentes comenzaron a trabajar.
Durante todos estos años, aparte de algunos rumores con la Srta. Laura de la familia García, ninguna otra mujer había logrado acercarse a él.
¿De dónde había salido ahora esta chica?
Un periodista audaz tomó rápidamente una fotografía.
Por supuesto, no dejó de sentir miedo: la imagen solo captó la espalda de Ana, sin atreverse a mostrar su rostro.
A Javier no le importaba aparecer

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