Capítulo 22

—María, tienes un paquete. Parece que viene de tu país. Una compañera entró con un sobre grueso y se lo entregó. María se quedó sorprendida un instante; tomó el sobre y vio que el remitente era Alejandro. Su corazón dio un vuelco, lleno de una premonición poco alentadora. Después de todo, ya había pasado un tiempo desde la última vez que se habían visto. Temía que él hubiera hecho alguna otra locura capaz de provocarle nuevos dolores de cabeza. Dejó el trabajo a un lado, caminó hacia un rincón y descubrió que dentro había varios documentos. En la portada se leía claramente: Contrato de Transferencia de Acciones. El corazón de María pareció detenerse por un segundo; tomó el contrato, incrédula, y empezó a hojearlo rápidamente. El contenido era simple: Alejandro estaba transfiriendo todas sus acciones de Grupo Monteluz a su nombre. ¿Acciones valoradas en millones de dólares... entregadas así, sin más? Las manos de María temblaron levemente mientras sostenía el contrato; estaba convencida