Capítulo 41 La amenaza
Al ver a Antonio, el odio nubló los ojos de don Tomás. Su mirada reflejaba un desprecio único.
—¡Volver aquí después de todo lo que pasó, tienes valor!
Habló sin respeto, miró fijamente a Antonio y luego añadió con un tono serio: —No olvides quién eres; no tienes para decidir nada en la familia Cordero.
Las palabras de don Tomás fueron duras. Noelia, de pie detrás de Antonio, sintió que había descubierto algo clave.
Sabía que Don Tomás nunca había querido a Antonio, y ahora su desprecio era evidente.
Mencionó la cuestión del amor.
¿Qué amor?
Honorato era un inútil, y Antonio siempre había sido el más destacado desde niño. Pero, si ambos eran descendientes de la familia Cordero, ¿por qué Don Tomás no podía mostrarle afecto a Antonio?
Noelia estaba confundida. Se dio cuenta de que don Tomás nunca había mostrado respeto hacia Antonio, en ningún lugar, y eso nunca había cambiado.
Sin embargo, con Honorato, por más errores que cometiera, don Tomás todavía lo trataba con el

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