Capítulo 89

En aquella situación de emergencia, los agentes especiales tampoco eran fáciles de provocar; en cuestión de segundos reaccionaron y acudieron a toda prisa, derribaron al delincuente e inmovilizaron por completo su cuerpo, ¡y el cuchillo salió despedido varios metros tras una patada! La policía se apresuró a desatar el brazo de Javier; el personal médico que aguardaba también corrió hacia allí... Él no se fijó en sus propias heridas y dirigió de inmediato la mirada hacia Clara, que había caído al suelo sentada; su expresión, cargada de reproche, dejaba entrever un atisbo de dolor. —¿Te has lastimado? —Su voz ya sonaba ronca, sin fuerzas. —No, estoy bien. —Clara, un poco recuperada del exceso de tensión, se serenó y enseguida se levantó para ayudar al personal sanitario a acompañarlo hacia la ambulancia—. No hables, ve al hospital ahora mismo, has perdido demasiada sangre... Pronto subieron a Javier al vehículo y Clara, naturalmente, lo acompañó hasta el hospital más cercano. Tras recibi