Capítulo 135 Acababa de verte enojada
Al ver esa escena, Angélica se sintió muy incómoda de repente.
En realidad, Celia apenas había rozado la ropa de Martín.
Él esquivó rápidamente, y Celia cayó de forma lamentable.
—¡Ay!
El camino de piedrecillas seguía doliendo.
Celia, frunciendo el ceño, dijo: —Señor Martín, ¿por qué no me atrapó...?
Martín se sacudió la ropa y respondió con indiferencia: —La ropa está recién lavada, temo ensuciarla.
—Jajaja —Angélica no pudo contenerse y soltó una risa.
Martín le lanzó una mirada en su dirección.
Angélica tuvo que acercarse, pero en lugar de ayudar a Celia, preguntó: —¿Y el abuelo? ¿No estaba paseando con él?
—Era hora de tomar su medicina, ya regresó.
Martín levantó el pie, pasó por su lado y murmuró algo que solo ellos dos pudieron escuchar: —Acababa de verte enojada.
Ella acababa de llegar al patio trasero cuando Martín lo notó. También vio cómo su expresión se ensombrecía al ver a Celia lanzarse hacia él.
—No es cierto —Angélica lo negó.
Martín arqueó lig

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