Capítulo 196 Esa es la terquedad
Después de hablar, Daniel le dio un beso en la frente.
Se levantó y de inmediato se marchó.
Fuera del taller, Blas preguntó con preocupación: —Presidente Daniel, ¿realmente cree en lo que dice la señorita Angélica?
Daniel bajó la mirada con una sonrisa irónica y, al levantar las pestañas de nuevo, sus ojos peligrosos destellaban fuertes cálculos sombríos.
—Ella no tiene ninguna verdad, solo quiere ganar tiempo para escapar. Así que, ¿por qué no seguirle el juego y hacer que se arrepienta de sus malditas palabras?
En el taller, Angélica se apoyaba con débilidad en una columna fría de concreto.
Daniel había dicho antes que Martín también lo estaba investigando.
¿Era por ella?
Ella había pedido a Martín dos veces que la ayudara a romper su compromiso; él se negaba una y otra vez o evitaba hablar del tema.
¿Era porque quería conseguir pruebas de los crímenes de Daniel?
Angélica recordaba cuando Brisa conspiró con ese hombre para perjudicarla, pero después Brisa quedó sin consecuencia algun

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