Capítulo 42 Así que esa era su intención
Angélica lucía pálida, sin decir palabra.
Martín posó su mirada sobre ella mientras escuchaba a Juana suspirar: —No hemos logrado nada.
Ellas habían interrogado a todos; o decían que no se encontraban en esa área, o que no habían visto lo que sucedió en el baño en ese momento.
En resumen, no había testigos.
La situación estaba estancada, y Angélica se sentía mal.
Si Rosa realmente tenía que enfrentarse a un juicio, ella se sentiría culpable por el resto de su vida.
Martín no dijo nada, solo mencionó que la Oficina de Diseño Arquitectónico Puerto Azul tenía más asuntos pendientes y se fue primero.
Juana también tenía que regresar al bufete para revisar el caso de principio a fin una vez más, para ver si podían encontrar algún otro hallazgo.
Angélica, por su parte se fue al hospital.
En su mente, pensaba en cómo responder si Rosa le preguntaba sobre el progreso.
Justo al llegar a la puerta de la habitación, escuchó voces discutiendo dentro.
—¿Podrías dejar de ser tan

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