Capítulo 26
—¡Ve con cuidado!
Después de que Carmen se fue, solo quedamos Sergio y yo.
Con Carmen presente, la conversación había sido animada y ligera.
Sin embargo, su ausencia dejó un pequeño vacío incómodo.
—Este...
—Tú...
Ambos nos detuvimos al mismo tiempo, lo que provocó una sonrisa en sus labios.
—Habla tú primero.
—No, tú primero.
De nuevo, sincronizados.
Sergio esbozó una leve sonrisa antes de preguntar: —¿Ya estás llena? ¿Te gustaría dar un paseo por la universidad? ¿Recordar viejos tiempos?
—¿Se puede entrar? —pregunté, emocionándome un poco—: Creí que no dejaban pasar a externos.
Desde que me gradué, no había vuelto a la Universidad Altoviento. Extrañaba profundamente los días sin preocupaciones de la vida universitaria.
—¿Por qué no íbamos a poder? Vamos.
Poco después, Sergio me llevó en su auto hasta la entrada de la universidad. Sin embargo, el paso estaba bloqueado, y tuvimos que detenernos frente a la pluma de seguridad. Un guardia se acercó rápidamente desde

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