Capítulo 93
—Doña Isabel, yo tampoco puedo soportar ver a Sergio siendo engañado... —Beatriz depositó su última esperanza en doña Isabel, señalándome y diciendo.— Julia tiene razón, ¡esta mujer no es digna de Sergio!
—Ya basta, no eres tú quien decide si es digna o no... —Los ojos entrecerrados de doña Isabel mostraban una severidad impresionante, y su mirada intensa hizo que Beatriz no se atreviera a levantar la cabeza.
Pero entonces, doña Isabel volvió a su habitual semblante amable, aunque su voz llevaba un tono frío y deliberado: —Si a Sergio le gusta, eso es suficiente.
El rostro de Beatriz pasó de la ira al pálido, su intención original había sido separarme de Sergio, y al ver que no había esperanza, buscó una excusa para marcharse, con los ojos llorosos, miró una vez más a Sergio antes de irse.
Cuando doña Isabel también subió las escaleras, solo quedamos Sergio y yo en la sala.
—¿Esto... qué está pasando? —Todavía estaba reaccionando, mirando a mi alrededor inconscientemente.
Al ver que no

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