Capítulo 20
El mayordomo realmente esperaba que Elena pudiera perdonar a Orlando por los más de veinte años en que habían sido como hermanos.
Pero Elena miraba al mayordomo sin moverse, como si dijera: "¿Está usted bromeando?"
Al final, todas las palabras que el mayordomo quería decir se le quedaron atoradas en la garganta. Suspiró profundo y finalmente se marchó en silencio.
A Elena todavía le resultaban graciosas las palabras del tipo aquel.
¿Orlando era inocente? Si de inocencia se trataba, nadie era más inocente que Elena.
Elena había tenido una vida afortunada desde niña, rodeada del amor incondicional de su familia y de su hermano.
Pero ella no había hecho nada, y su hermano pronto había dirigido ese amor hacia otra mujer.
Incluso por eso, la había lastimado en repetidas ocasiones, convencido de que ella era una mala mujer que solo causaba daño.
Incluso por esa mujer, la empujó hacia el camino de la muerte.
Y luego, después de su muerte, lloraba desconsoladamente, expresando su arrepentimien

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