Capítulo 10
Sus palabras me estremecieron por dentro, pero pronto logré tranquilizarme y respondí con frialdad: —Lorenzo, ya morí una vez. Asume que estoy muerta de verdad y dejemos de torturarnos.
—¡No! —levantó la cabeza de golpe, su voz impregnada de desesperación: —Vanessa, ¡no quiero eso! Ódiame, despréciame, golpéame, insúltame, todo está bien, pero no me digas que ya no existes. Te lo ruego, ¿puedes volver, por favor?
Sentí un dolor sofocante en el pecho, pero respondí con calma: —Lorenzo, la que tú quieres nunca fui yo. Nuestro comienzo fue un error.
Él negó con tono firme: —No, ¡me equivoque al principio! Fui un estúpido, no entendí lo importante que eres hasta que te perdí.
Al ver que Lorenzo no le prestaba la menor atención, Rosa, de repente, como enloquecida, agarró una silla y corrió hacia mí gritando: —¡Vanessa, muérete!
No tuve tiempo de reaccionar, pero Lorenzo se interpuso al instante, recibiendo el golpe de la silla. Soltó un gemido ahogado y cayó al suelo.
—¡Para! —Benjamín se l

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda