Capítulo 21

Al caer la tarde, los fuegos artificiales comenzaron a iluminar el cielo de toda la ciudad, llenando el aire de destellos multicolores que bañaban la mitad del firmamento. En el balcón de la casa de los Cordero, Daniela estaba rodeada de invitados, convertida en el centro de atención. Desde la distancia, en el interior de su auto, Jorge solo podía distinguir vagamente la sonrisa en el rostro de Daniela. Esa sonrisa seguía siendo tan contagiosa, que incluso logró que Jorge sonriera también. —Feliz cumpleaños. —susurró en silencio: —Mi Dani. Con el final del último estallido de fuegos artificiales, los invitados comenzaron a despedirse poco a poco. Uno tras otro, los autos de lujo se alejaron hacia la distancia. La casa de los Cordero, que había recuperado su calma, quedó solo con algunos empleados limpiando el salón principal. Pero el auto de Jorge seguía inmóvil. No fue sino hasta que se apagó la última luz de la casa de los Cordero que Jorge le indicó a su asistente que pusiera el mot