Capítulo 13
Viviana, con un vestido blanco, se mantenía de pie suavemente a poca distancia.
No era Elena.
Pero antes de que pudiera reaccionar, Viviana ya se había lanzado hacia él.
Juan miró la figura vestida de blanco que se precipitó en sus brazos y su cuerpo se tensó, apenas perceptiblemente, por un instante.
Sin mostrar ninguna emoción, él la apartó y su voz sonó con la distancia justa.—¿Qué haces aquí?
Viviana levantó la cara con una luz de esperanza brillando en sus ojos.—Le pregunté a David por tu vuelo y vine especialmente a buscarte.
Ella mordió suavemente su labio y mostró una expresión de agravio.—Juan, ¿no te alegras de verme?
—No es eso —Juan levantó la mano para arreglarse los gemelos, evitando la mano que ella extendió—. Solo que aquí hace viento y tú no tienes buena salud, no deberías resfriarte.
—Con los años en el extranjero y gracias al equipo médico que tú encontraste, ya me he recuperado por completo. —Viviana giró sobre sí misma y el dobladillo blanco de su vestido se abrió

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