Capítulo 16

Elena estaba sentada en la habitación, mirando todos los artículos de lujo, algo aturdida. Desde el día en que llegó a la casa de los Cárdenas, los sirvientes no dejaron de traer cosas a su habitación. Vestidos de alta costura, joyas de edición limitada, bolsos de marca... casi llenaban todo el espacio. —Señorita Elena, este es un collar de diamantes azules que el señor Esteban acaba de adquirir en una subasta. —Este es el vestido más reciente de Rosalinda, fue enviado por vía aérea; el señor Esteban dijo que le gusta el color rojo, así que encargó toda la colección. —Y también están estos bolsos... Finalmente, Elena no pudo evitar levantar la mano para interrumpir.—¿Acaso no ven que en esta habitación ya no hay espacio para poner nada más? Los sirvientes se miraron entre sí; uno de ellos, de inmediato, pulsó el auricular y reportó en voz baja: —Señor Esteban, la señorita Elena dice que la habitación es demasiado pequeña, que necesita mudarse a una villa de dos mil metros cuadrados. —¡