Capítulo 187
—¿Qué estás tramando ahora, Amaranta?
Amaranta sonreía cada vez más siniestra: —Yaritza, no es que quiera causar ningún desastre. Solo quiero pedirte tu opinión. Dime, ¿debería simplemente inyectarle a Hernán una droga para matarlo o provocar un accidente médico para que muera en la mesa de operaciones?
—O tal vez, ¿debería contratar a alguien para apuñalarlo varias veces y que su muerte tenga algo de belleza?
Al escuchar las palabras de Amaranta, Yaritza temblaba de odio, incapaz de contenerse: —¡Amaranta, no te permitiré que lastimes a Hernán!
—¡Ódiame a mí, mátame a mí! ¡Pero no sigas lastimando a los inocentes!
Amaranta movió un pie y con ese gesto aplastó aún más a Yaritza, quien ya no podía respirar: —¡Yaritza, matarte sería tan aburrido! Quiero que te quedes sin nada y que mueras desesperada y dolorida.
—Las personas que te aman y a quienes amas, Yaritza, ¡no pienses que podrás tenerlas!
—¡Amaranta, estás loca! ¡No te irá bien! —Yaritza odiaba su propia impotencia, quería volver

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda