Capítulo 71

Carmen estaba completamente sorprendida. —¿¡Tú sabes pelear!? Alberto sonrió levemente, le hizo una señal para que se apartara y luego abrió la puerta del carro, bajándose de él. El aire fresco le golpeó al instante, mientras que Carmen aún llevaba el vestido de tirantes de la fiesta, y el chal se veía demasiado ligero para la temperatura. Alberto, sin dudarlo, se quitó su chaqueta y, con un rápido movimiento, la colocó sobre los hombros de ella, presionándola suavemente sin darle oportunidad de rechazarlo. —¿En mi opinión, soy alguien incapaz de devolver un insulto o defenderme? Si alguien me provoca, es natural que le dé una lección. ¿Por qué bajaste de repente? Carmen estaba a punto de responder, pero su teléfono sonó. Era Antonio. Rápidamente contestó. —Carmi, ¿dónde estás? ¿Por qué no vienes aquí? La voz de Antonio ya no sonaba furiosa como antes, sino que sonaba algo tensa, incluso preocupada. Este cambio en su actitud hizo que Carmen se sintiera intranquila.