Capítulo 21
Serena se quedó junto a Felipe todo el tiempo, y Sara tampoco quería irse.
En un abrir y cerrar de ojos, pasaron siete días, y Felipe no mostraba ninguna señal de despertar.
—Mamá, ¿por qué papá no se despierta?— Sara llevaba varios días llorando, ya tenía la garganta ronca y los ojos hinchados.
Serena se preocupaba mucho por ella, le aplicó una toalla fría en los ojos. —Él se despertará.
—Mamá, tengo miedo. No quiero que él muera.
Serena sollozó. —Felipe, si no te despiertas, ¡nunca te perdonaremos!
Felipe movió los dedos en la cama, y sus ojos comenzaron a girar. Abrió los ojos con dificultad. —Serena, Sara...
—¡Mamá, papá está despierto!
Sara corrió emocionada hacia él, mirándolo con sorpresa. —Papá.
—Lo siento, les he hecho preocuparse.
—Deberíamos agradecerte a ti, gracias por salvarnos.— Serena tenía lágrimas en los ojos, conteniendo sus emociones.
Felipe torció la comisura de los labios, sin poder decir nada.
Serena todavía no está dispuesta a perdonarlo.
—Voy a buscar al médico

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