Capítulo 22
Hasta que colgó el teléfono, Ramón no le dio una respuesta. Andrea miró la pantalla oscura de su celular en silencio durante un largo rato.
Manuel agitó la mano frente a su rostro, sacándola de su ensimismamiento.
—¿Qué te dijo? Hace un momento tenías los ojos llenos de alegría y ahora pareces agotada.
Andrea subió a su espalda y, mientras él la cargaba de regreso a la cabaña, respondió con indiferencia.
—Dijo que se arrepiente… que quiere recuperarme.
De repente, como si algo se le ocurriera, se inclinó hacia su oído y preguntó con curiosidad.
—Si él realmente intentara reconquistarme, ¿qué harías?
El hombre apretó un poco más su agarre sobre sus manos.
—Eso no va a pasar. No le daré esa oportunidad.
Andrea nunca pensó que sus palabras serían tan proféticas. Lo que había dicho al azar la última vez se convirtió en realidad.
Cuando fueron a pescar sobre el mar congelado, se encontraron con alguien inesperado: Ramón.
Quizás por su reciente enfermedad, su rostro estaba aún más pálido que

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