Capítulo 19

—¿Tienes tiempo en la tarde? Por aquí abrieron una nueva exposición de arte muy especial, y quería invitarte a que fuéramos juntos. Yo, que aún estaba mirando el menú, me quedé aturdida un instante. ¿Una exposición? Desde que mi mano había resultado herida, había desarrollado un rechazo hacia la pintura; luego, casi sin darme cuenta, comencé a evitarla. En realidad, en lo más profundo de mi corazón seguía amándola, solo que… volví a mirar mi mano derecha, aquella que conservaba cicatrices. —Señorita Ángela, ¿me escuchaste? No te lo había contado, ¿verdad? En realidad, soy pintor. La primera vez que te invité a una sesión de fotos, al ver las fotografías que me tomaste, sentí que seguramente también tenías cierto talento para el arte. Pero, al ver tu mano derecha, supe que algo te había ocurrido, algo que te impedía volver a tomar un pincel. Por eso quise invitarte para ir juntos. Al ver los ojos llenos de seriedad de Jorge frente a mí, no pude rechazarlo. Solté un suave "está bien". Cu