Capítulo 18

Monte del Trueno. Acababa de concluir una tanda cuando, mientras todos se preparaban, apareció un rostro conocido que hacía tiempo no se veía. Matías con Alicia. Desde el accidente de Daniel, tres años atrás, ninguno de los dos había vuelto a correr. Matías había dejado atrás su vida de playboy para convertirse en heredero serio, entregado a los negocios. Alicia, por su parte, había abierto otro camino: la farándula la había hecho brillar, y también la había ido separando de aquel grupo de amigos fiesteros. Entre miradas sorprendidas, apareció la carrera que Matías había dispuesto con antelación; Alicia, con ayuda de Matías, se subió al carro temblando. Agarró con fuerza el brazo de él y suplicó: —¿Puedes hablar con Sofía? Si corro, voy a morir. Matías le ajustó el cinturón con voz suave: —Ya se lo dije a los muchachos. Tranquila. Alicia luchaba entre el rencor y el miedo. Cuando se alzó la bandera, los autos salieron disparados. Matías esbozó una sonrisa: no había mentido a Alicia; sí