Capítulo 43
Carolina ayudó a Sara y a Yago a repartir las cosas y, además, les dio algunas indicaciones. —Mañana descanso, volveré a la ciudad a recoger ropa. Ustedes, si tienen algún problema, llámenme de inmediato.
Los dos asintieron obedientes.
Carolina y Melchor prácticamente se fueron uno detrás del otro, solo que con un desfase de tiempo, así que no volvieron a coincidir.
A Melchor justo lo llamaron unos amigos para beber; como últimamente estaba irritado y con la mente revuelta, aceptó y condujo hasta el club donde lo esperaban.
Seguía con el traje puesto, las manos en los bolsillos y un gesto sombrío, emanando por completo una arrogancia que advertía: no te me acerques.
Los que estaban en el reservado ya se divertían antes de que llegara, pero al verlo entrar con ese aspecto, quedaron sobresaltados.
Uno tras otro dejaron de jugar y le preguntaron: —Melchor, ¿qué te pasa?
Hugo Mendoza era amigo suyo desde la secundaria y uno de los testigos de su amor con Carolina.
Al recordar además los te

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