Capítulo 1023
Silvio sintió un estremecimiento, pensó que, en adelante, no debía meterse con esa persona.
Pero en ese momento no tenía otra opción que aceptar la propuesta de Silvio, pues solo así podría vengar lo sucedido.
—Está bien, lo prometo.
Antes de irse, Melchor miró al segundo piso; allí había alguien de pie, fumando, parecía ser el señor León de la familia Hernández.
León sacudió la ceniza del cigarro y suspiró. Silvio estaba dispuesto a eliminar a Lorena, pero no quería ensuciarse las manos; por eso envió a cien asesinos a su servicio, aprovechando el deseo de Melchor de matar a Lorena para usarlo como peón.
Aunque Pedro tratara de defender a Lorena, la venganza recaería sobre Melchor.
Mientras él no traicionara a Silvio, nadie sabría de ese acuerdo, ya que los cien enviados eran asesinos.
Melchor no era tan tonto como para hablar de su trato con la familia Hernández; esos cien asesinos no solo eran su ayuda, sino también sus ojos. Si alguna vez tuviera esa intención, moriría mucho más rá

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