Capítulo 1052
Las palabras de Andrea, efectivamente, hicieron que la cara de Alejandro cambiara.
Alejandro levantó la mirada hacia ella y, después de un largo silencio, dijo: —¿Quieres que te encierre? Andrea, realmente no quiero hacer eso.
Pero ahora, no había mucha diferencia entre lo que él quería y lo que ya había hecho.
Andrea se puso pálida, y solo sentía que el mundo frente a ella se volvía borroso. Movió la cabeza y, al final, se desmayó.
Antes de perder el conocimiento, vio los ojos de Alejandro llenos de pavor, los mismos que había visto en el pasado.
Un dolor punzante le recorrió el pecho.
Cuando despertó, estaba en la villa de la familia Gutiérrez. Ya era de noche.
Alejandro estaba conversando con el médico, quien le aseguró que Andrea no tenía nada grave, lo que le permitió respirar aliviado y sentarse junto a la cama.
Al ver que abría los ojos, él instintivamente trató de tomar su mano.
Andrea quiso hablar, pero su garganta estaba seca, casi como si estuviera ardiendo. Fue entonces cua

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