Capítulo 1138
Después de colgar el teléfono, volvió a mirar el video de vigilancia que estaba a un lado.
Esa mujer, desde que entró en la habitación, se acostó en la cama y, no se ha movido en absoluto.
Él arrojó la tableta que tenía en la mano y también se quedó dormido.
Lorena realmente estaba agotada. Durmió profundamente hasta las seis de la mañana del día siguiente y enseguida bajó a preparar comida para Baltasar.
Pero como era la casa de Martín, al principio el cocinero no la dejó tocar nada.
Tuvo que insistir bastante antes de poder preparar seis platos frente a todos ellos.
Cuando Baltasar y Martín bajaron, la mesa ya estaba servida y la comida lista.
El horario de Martín no era como el de los demás; se despertaba cuando le daba la gana. Después de todo, no era una empresa formal. El negocio del casino siempre iba bien: podía ganar dinero incluso acostado.
Su mirada volvió a posarse en Lorena y luego en los platos sobre la mesa. —¿Los hiciste tú?
Lorena asintió, desinfectó los cubiertos y se

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda