Capítulo 1220

Benjamín aplaudió lentamente a un lado. —Realmente maravilloso. Por la mañana aún eran una pareja llena de amor y ahora están intentando matarse mutuamente. ¿Acaso no era la sustituta de tu gran amor? ¿No era tu adorada hermanita? Si algún día mueres, ¿todavía tendrás el valor de ir a verla del otro lado? Tsk, tsk... Ese llamado "amor verdadero" del que hablabas todo el tiempo... y a la hora de matar, ni te tiembla la mano. Piénsalo bien. Yo solo te perdoné la vida por consideración al patriarca Isidro. Las piernas de Alberto se aflojaron y cayó de rodillas junto al cadáver de Yesenia. Sus manos temblaban mientras intentaban cubrirse el rostro, pero le faltaban fuerzas hasta para eso. Los ojos de Yesenia ni siquiera estaban cerrados; seguían fijos en él, como si lo miraran como a una bestia salvaje, como un monstruo repugnante. A él le parecía absurdo, tanto que terminó riéndose. Entonces, ¿todo ese tiempo que habían pasado juntos al final qué significaba? Descargó su frustración apret