Capítulo 1249
Su mirada mostró un destello de sorpresa; no esperaba que aquel hombre se atreviera a actuar. Alzó la mano para detenerlo y obligar a Lorena a que pidiera disculpas a Mauricio; si aquello llegaba a oídos de su padre, nadie podría protegerla, porque él valoraba muchísimo a esos hijos.
Pero antes de que ella pudiera abrir la boca, Lorena de repente se inclinó hacia ella y dijo: —Señorita Elena, estoy dispuesta a quedarme a su lado, pero lo que quiero es protegerla; no tiene nada que ver con su identidad. Yo tampoco soy de su gente. Si usted quiere que me disculpe con este señor, con todo respeto le digo que no puedo hacerlo; en todo Tavrión no había un hombre con mejores habilidades que yo. Aquellos que tendrían derecho a aceptar mis disculpas ya han fallecido.
Mientras decía eso, miró a Mauricio con saña.
Al recordar la patada de hace un momento, Mauricio sintió un dolor punzante en el abdomen.
Lorena continuó: —Señorita Elena, tampoco le tengo miedo a la familia López; la ley del país,

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