Capítulo 1343
Antonio sacó un cigarrillo y lo encendió, curvando levemente la comisura de los labios. —¿Qué pasa? ¿No sabes atender a los demás?
Sí sabía, pero normalmente, cuando le servía agua a Lorena, no tenía que desnudarse.
Arrugó la frente, no estaba dispuesto a quitarse la ropa.
Antonio simplemente inhaló profundamente. —Si no quieres, lárgate. Sal del casino, ya buscaré a otro.
—¡Qué mal genio tienes! ¡Está bien, yo lo haré!
Benjamín alzó el cuello con rigidez y, en un instante, se quitó el vestido que llevaba puesto, quedándose solo en unos calzoncillos tipo bóxer.
Tenía un buen cuerpo, pero no como el de Pedro, que era maduro y musculoso, sino con esa frescura juvenil, con músculos definidos pero sin exagerar.
Antonio tragó saliva y le hizo una seña con la mano. —Ven, siéntate. Cierra los ojos, te diré dónde debes presionar.
Benjamín dudaba, permaneciendo inmóvil en el lugar. —¿No me digas que te gustan los hombres? Te advierto que sé de esto, pero no tengo ese tipo de inclinaciones.
—¿Vi

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