Capítulo 176
Pasaron dos días más antes de que Lorena finalmente pudiera moverse con libertad.
Durante toda esa semana había estado fungiendo como somnífero para Pedro, ni siquiera se atrevía a moverse cuando estaba acostada en la cama.
Esa mañana, después de una ducha placentera, anunció que se marcharía de Jardines de la Paz.
Pedro estaba sentado en el sofá leyendo el periódico matutino, y al escucharla, no mostró expresión alguna.
Lorena se apresuró a explicar: —El hospital Amable, ese que está en las afueras, te mencioné antes que iba a convencer al antiguo director de que se mudara. Estos días me retrasé por la lesión, pero en los próximos días me esforzaré mucho. Presidente Pedro, quería confirmarlo contigo, no tienes intenciones de despedirme, ¿cierto?
Pedro detuvo por un momento la mano con la que sostenía el periódico y levantó la mirada lentamente.
Había dormido muy bien durante esa semana, y su semblante lucía mucho mejor.
—¿Quién dijo que voy a despedirte?
Lorena soltó un suspiro de ali

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