Capítulo 265
El hombre mostró interés de inmediato. —Guapa, tú también has ido a ese sitio, ¿verdad? Yo se lo dije a ellos, pero no me creyeron. Hasta dijeron que está prohibido apostar.
—Sí, fui una vez. También me topé con él.
—¿A que da miedo? En ese momento, justo después de decir que iba a matar, bajó la cabeza, me echó una mirada y luego le preguntó al de al lado: ¿Qué hace una hormiga aquí? Me dio un escalofrío tan fuerte que casi me arrodillo del susto.
Lorena soltó una carcajada de repente. Aquello sonaba a un diálogo tremendamente exagerado.
Parecía que simplemente había tenido suerte de entrar una vez en Hacienda Santa Lucía. Lorena se recostó ligeramente hacia un lado con intención de descansar, pero aun así comentó:
—Si lo encontraste y no te mató, ¿no quiere decir que no es tan de matar sin pestañear?
El rostro del hombre se volvió serio al instante. —Eso es porque no conté lo que pasó después. Abrí la puerta del baño al que iba a entrar y me encontré con siete u ocho cadáveres dentro

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