Capítulo 350

Casi se ahoga con su propia frustración, y de repente recordó que desde la primera noche con ella, aparentemente no había revelado su identidad, ni siquiera su nombre. Lo más curioso es que ¡esa mujer tampoco había preguntado! Estaba tan molesto que decidió enviarle un mensaje. [¿Sabes quién soy?] Pero rápidamente lo retiró, sintiendo que no tenía suficiente impacto. Tenía que hacerle entender a esa mujer qué era lo que realmente había perdido. No creía que llegaría un día en que se volvieran a ver. Reeditó el mensaje. [Si quieres cambiar, hazlo, ¿acaso crees que estoy tan contento contigo? ¡Eres solo así!] Lo envió, suspiró aliviado y esperó su respuesta. Pero el mensaje se hundió en el mar de silencio. Rubén estuvo a punto de perder la compostura, y hasta dudó si era una táctica de la mujer para llamar su atención, si era así, solo podía decir que ella había tenido éxito. ¡Nunca en su vida había sufrido tal humillación! Mientras tanto, Rosario, al ver el mensaje, sin inmutarse, bloqu