Capítulo 390
La recepcionista, mientras tramitaba el registro de entrada, añadió: —Hoy también ha habido un accidente en cadena de más de diez carros; la carretera no se reabrirá en el corto plazo.
Lorena echó un vistazo al vestíbulo, que estaba bastante cálido, y pensó que podría arreglárselas para pasar la noche allí.
Pero la recepcionista, como si supiera lo que iba a decir, suspiró. —Señorita, es posible que esta noche también se corte la luz. En ese caso, la temperatura en el vestíbulo bajará a más de diez grados bajo cero. En la habitación hay una chimenea antigua de leña, es mucho más cálida.
Llegados a este punto, si Lorena seguía retrasando, sería como darle una cachetada a Pedro.
Ella lo miró de reojo.
Él, sentado en la silla de ruedas, con la cabeza ligeramente ladeada, parecía no haber prestado atención a nada de lo que acababa de ocurrir.
Ella enseguida empujó su silla de ruedas. —Vale, gracias, entonces iremos a la habitación.
Al llegar frente a la puerta, vio que la habitación no ten

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