Capítulo 539
Ella se dio la vuelta y se marchó; cuando la rabia alcanzaba su punto máximo, ni siquiera sabía qué decir.
No era la primera vez que él hacía esto, ¿por qué siempre caía en su trampa?
Al salir, se topó de frente con César, que venía entrando.
César, al verla de nuevo enfadada, no pudo evitar preguntar: —Señora Guzmán, ¿qué ha pasado?
Lorena no se detuvo, inhaló hondo. —Pregúntele a él.
No tenía ganas de hablar.
"¡Pum!"
Cerró la puerta de su habitación de golpe, sintiéndose tremendamente irritada.
César abrió la puerta de la habitación principal y fue entonces cuando se dio cuenta de que el picaporte estaba roto.
Miró a Pedro, sentado junto a la ventana.
Pedro sostenía la mejilla con una mano y, con la otra, revolvía la cuchara en el cuenco; la comisura de sus labios estaba levemente curvada, como si estuviera de buen humor.
César lo supuso al instante: seguramente había sacado provecho de algo.
En ese momento, dejó de preocuparse y simplemente llamó para avisar que al día siguiente vin

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