Capítulo 619
Una noche en vela.
Al día siguiente, ella no comió nada; no desayunó, no almorzó, tampoco cenó.
La empleada fue varias veces a la habitación de Pedro, sin entender cómo estos dos habían vuelto a pelearse. —Señor Pedro, usted y la señora Guzmán llevan todo el día sin comer nada...
Pedro se levantó, abrió la puerta del dormitorio principal y vio un bulto de mantas sobre la cama.
Se acercó a la ventana y se sentó al borde de la cama. —Levántate y come algo.
Lorena tenía los ojos cerrados, mostrando solo la mitad de la cara.
Él se dio la vuelta y se marchó.
Ella pensó que por fin tendría un día entero de tranquilidad, pero no pasó mucho tiempo antes de que esa voz regresara, trayendo consigo el aroma de la comida.
Él estaba de pie junto a la cama. —Si no comes, te alimentaré yo mismo con la boca.
Sus manos temblaron ligeramente y, despacio, se incorporó.
La expresión tensa de Pedro se fue relajando poco a poco, pero al instante, la vio sacar un cuchillo y ponerlo contra su propio cuello.
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