Capítulo 628

Cuando llamaron a Emilio, él estaba hojeando los documentos que tenía en la mano. Pulsó el botón de responder, algo impaciente. —¿Quién es? Del otro lado dijeron algo que lo hizo detenerse. —¿Salvador está dispuesto a colaborar? ¿No era muy arrogante antes? ¿Ahora quiere que le preste a Titán y Ares? ¡Vaya, qué bonito piensa! ¿Cree que se pueden prestar, así como así? ¿Sabes lo que significan para mí? Antes, hubo quien ofreció decenas de miles de millones de dólares y ni así los vendí, ellos son... Antes de terminar la frase, al parecer le dijeron algo más desde la otra línea. Arrugó la frente. —Espera, ¿cómo se llama la persona que buscan? ¿Lorena? ¿Una mujer, Lorena? ¡Dios, esto sí que es una coincidencia! —Dile a Salvador que me llame. Esa ruta marítima, no quiero solo una cooperación a corto plazo, la quiero a largo plazo. Además, de ahora en adelante, en los proyectos de la familia Hernández aquí en Llanoazul, deben darme privilegios. En realidad, solo con una cooperación marítima