Capítulo 705
Ella encogió las yemas de los dedos, inhaló profundamente y acercó levemente la mano, limpiando suavemente su mejilla.
—Yo... Lo siento, me enojé mucho. Pedro, durante este tiempo deberías descansar bien. También entiendo algunas cosas de la empresa. ¿Cuántas reuniones te quedan? Yo puedo ayudarte a atenderlas. Durante este mes, quédate tranquilo en Jardines de la Paz, ¿sí?
Él no dijo nada, con las pestañas caídas, solo sintió que el calor en su mejilla se le metía directo al corazón.
"¿Está enojada porque no cuido mi salud?"
"¿Está preocupada por mí?"
"¿De verdad se siente así?"
Él lentamente extendió la mano, posando la palma sobre la de ella, que aún descansaba en su mejilla.
La mano de Lorena se tensó, quiso retirarla.
Pero al ver que él no decía nada, se desesperó.
—¿No se supone que te gusto? Entonces deberías hacerme caso, ¿no? Yo me encargaré de los asuntos de la empresa. Tú descansa, o si no...
Pensó y pensó, pero no encontraba una razón para amenazarlo.
De pronto soltó: —O si

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