Capítulo 775

Lorena no dijo nada más. Comió un poco y luego fue a tomar el sol cerca de allí. La noche anterior llovió en Costadorada, y ese día apareció un arcoíris. Tenía una mano apoyada sobre la cabeza de Titán, mirando por la ventana cómo todo parecía renacer. Su estado de ánimo también mejoró. No miró a Josefina, por lo que no notó que su expresión se tornó aterradora por un instante, como si estuviera tramando algo. Lorena descansó todo el día y, por el momento, no pensó en Pedro. Seguía diciéndose lo mismo: primero debía recuperar su salud. A medianoche, Josefina fingió bajar por agua. Al pasar frente al estudio, justo cuando iba a abrir la puerta, la criada que custodiaba la habitación la detuvo. —Señorita Josefina, este es el despacho del señor Pedro. No se puede entrar así como así. Josefina se mostró cordial. —Anoche, cuando le llevé agua al señor Pedro, por accidente dejé algo dentro. Es una reliquia que me dejó mi familia, es muy importante para mí. Solo quiero buscarla unos minutos.