Capítulo 788
Esta vez, fue Lorena quien se quedó en silencio. Miraba fijamente los objetos sobre la mesa y, tras varios minutos de reflexión, preguntó: —¿Cómo está César?
En realidad, ella misma acababa de llamar al hospital. Sabía perfectamente cuál era la situación allí.
Esa pregunta no era más que una manera de cambiar de tema.
Pedro sostenía los cubiertos, pero luego los dejó lentamente sobre la mesa, como si tuviera algo en mente.
De repente, Lorena se dio cuenta de algo: él acababa de preguntar: "¿No puedo?" Y ella no le había respondido aún.
Cuando no respondía a alguna pregunta, para Pedro, eso prácticamente equivalía a un "no".
En cuestiones sentimentales, él parecía no tener nunca expectativas positivas.
Ella respiró hondo. —Pedro.
Él no respondió, bajó la mirada, mostrando una expresión de absoluta confusión.
Ella volvió a preguntar: —¿Ya comiste suficiente?
—Sí, ya estoy lleno.
Esa sí fue una pregunta que respondió.
La mano de Lorena se dirigió hacia su camisa, a la que ya le faltaban v

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