Capítulo 793
Lorena regresó al lugar en donde estaban antes y vio que comenzaba a llover. Había una piedra sobresaliente que podía protegerla de la lluvia.
Se sentó más adentro, su cuerpo traía consigo la humedad de la selva, y afuera, las gotas de lluvia golpeaban las hojas haciendo ruido sin cesar.
Apenas se habían sentado ella y Pedro, cuando ese grupo de personas los alcanzó.
Alba exclamó de forma exagerada: —¡¿Cómo puede llover tan fuerte de repente?! Rápido, enciendan fuego aquí. Quiero secar mi ropa.
El espacio era lo suficientemente grande, y la fogata de Lorena ocupaba el centro.
Sin el menor tacto, Alba ordenó a otros que encendieran una fogata justo al lado. Mateo habló: —Muévete un poco.
Alba miró a Pedro, y se volvió tímida. —No, yo quiero estar aquí.
Lorena se arrepintió de haber ido a ver el alboroto, atrayendo a un grupo de personas desagradables.
Simplemente se recostó sobre las rodillas de Pedro, cerró los ojos, sin querer verlos para nada.
El fuego de Alba ya estaba encendido, a

Klik untuk menyalin tautan
Unduh aplikasi Webfic untuk membuka konten yang lebih menarik
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda
Nyalakan kamera ponsel untuk memindai, atau salin tautan dan buka di browser seluler Anda