Capítulo 852
El pie de Lorena fue directo contra la mejilla de Héctor, pero Benjamín apuntó a la garganta con una patada mortal.
Se veía tan ingenuo y limpio, hacía apenas un momento no paraba de comer con desesperación, como un glotón que jamás había visto mundo.
Quién iba a imaginar siquiera que aquel glotón también era un demonio.
Lorena respondió: —Vámonos, no lo mataremos. Regresemos.
—Oh.
Benjamín la siguió de cerca y, justo al salir, tomó dos bandejas de pasteles que estaban a un lado. Alzándolas, le preguntó ansioso: —¿Y estos? ¿Comemos?
—No, yo no. Si te gustan, come más tú.
—Ajá, este lugar es excelente. Creo que quiero volver seguido.
Las palabras de ambos se disiparon en el viento. Si no fuera porque Héctor seguía aún tirado en el suelo, cualquiera pensaría que todo lo que acababan de presenciar era solo una ilusión.
Un rostro nuevo convertido en dios de la matanza y, un rostro conocido transformado también en dios de la matanza Qué extraño todo esto, ¿será esa la verdadera cara de Lore

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