Capítulo 986
Al parecer, Alejandro había creído hace un momento que estaba soñando, por eso había dicho semejantes disparates.
Pero Andrea tuvo la sensación de que, si realmente acorralaban a Alejandro, él sí sería capaz de hacer cualquier cosa.
Respiró hondo y volvió a extender la mano, poniéndola frente a él. —Has estado bebiendo aquí durante dos días, te llevaré de vuelta.
Alejandro bajó la mirada, tardó unos segundos antes de estirar la mano y, lentamente, atrapó la de ella.
Andrea, en ese instante, lo levantó sin esfuerzo.
Alejandro se apoyó en su hombro y no pudo evitar tragar saliva. —¿Qué te has puesto hoy? Hueles tan bien.
Andrea sabía que sus hormonas volvían a estar fuera de control.
A esa edad, Alejandro tenía la mente completamente ocupada en el sexo.
Además, si se contaban las veces, Alejandro y Andrea realmente no habían tenido tantas relaciones sexuales. Él pensaba en ello todo el tiempo, tanto que lo desesperaba, tanto que hasta le dolía el corazón.
Andrea no dijo nada y lo condujo

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