Capítulo 32
Elena estaba desesperada, sin saber qué hacer en ese momento.
Fue Regina quien bajó las escaleras. Su voz, aunque algo temblorosa, aún mantenía determinación. —Mamá, quédate a atender a los amigos y familiares, yo iré al hospital.
Dicho esto, se dio la vuelta para seguir a los guardaespaldas.
Elena, sin poder evitarlo, agarró temblorosa la mano de Regina. —Mi amor, ¿estás bien?
Regina sintió un dolor punzante en su corazón por su madre.
Elena, había enfrentado la mayor crisis de su vida cuando Gonzalo se vio involucrado en un caso de corrupción. Ella era una ama de casa sin ningún tipo de preocupaciones, su esposo trabajaba fuera mientras ella se encargaba del hogar.
No tenía conflictos laborales, Gonzalo era un hombre confiable y no había disputas familiares ni emocionales.
Por eso, al enfrentarse a algo tan terrible como esto, el miedo y la confusión eran inevitables.
Regina apretó la mano de Elena. —Mamá, te lo prometo, no va a pasar nada.
Los guardaespaldas ya le habían informado a

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