Capítulo 45

Regina pensó que cada miembro de la familia Ruiz era tan cortés y educado, que en verdad mostraban la elegancia de una gran familia. Descansó por un momento y se sintió algo mejor; quiso incorporarse en la cama, pero Alonso la detuvo de inmediato. —Ya hablé con la señora Elena, esta noche te quedas en la casa de los Ruiz. No te vayas, el clima afuera está muy mal y no es seguro. Regina agitó las manos con apuro; era una persona muy conservadora. —No, no, no. Sin nombre ni título, quedarme aquí tampoco es bueno para tu reputación, no vaya a ser que la gente empiece a murmurar. De por sí ya estaba esa familia Suárez que no la veía con buenos ojos, y cada uno de ellos era muy hábil; quién sabe entonces cómo podrían distorsionarlas cosas. Pero Alonso se mostró algo despreocupado. —¿Qué eso de sin nombre ni título? Eres mi futura esposa. Además, lo que la gente diga afuera nunca me ha importado. Y si a ti te preocupa, no te afanes yo tengo cien maneras de hacerlos callar. Esa fuerza invisib